El Intestino Irritable
Aunque el dolor o el malestar suele aliviarse, en la mayoría de los casos, con ir al baño, algunas personas pueden presentar sensación de distensión abdominal, gases o flatulencia y otras pueden tener cólicos o calambres abdominales con necesidad urgente de evacuar.
Se sabe que esta enfermedad afecta a entre el 10 y el 20 por ciento de la población mundial (la mayoría mujeres), que deteriora notablemente su calidad de vida y que disminuye hasta en un 34 por ciento su capacidad laboral. Aun así, pocos consultan.
¿A qué edad se presenta por primera vez?
Es una enfermedad de gente joven: la mitad de los afectados comienzan a presentarla antes de los 35 años de edad y se considera inusual que aparezca por primera vez después de los 50 años. Cerca del 65 por ciento de los niños con dolor abdominal crónico realmente tienen este síndrome.
¿Por qué ocurre?
No se sabe con exactitud cuál es su origen, pero se considera que es multifactorial y para que se presente se necesita la interacción de los siguientes factores: los genéticos, los psicológicos (estrés, ansiedad y depresión, entre otros), los alimentarios y las bacterias que normalmente están en el colon.
Cuando todos confluyen se altera el funcionamiento del tracto digestivo (no sólo del colon), lo cual causa diarrea, estreñimiento, dolor, gases o distensión.
¿Cómo se manifiesta?
Se presenta, básicamente, de cuatro formas:
1. Dolor o malestar abdominal con diarrea.
2. Dolor o malestar abdominal con estreñimiento.
3. Dolor o molestias abdominales con diarrea o estreñimiento alternantes.
4. Dolor, distensión y gases.
La gente, valga decirlo, no presenta estas molestias de manera permanente; estas irrumpen ante una crisis desencadenada por el estrés, los conflictos emocionales, las frustraciones o la ansiedad. En otros individuos ciertos alimentos, como los lácteos, el chocolate, la cafeína, el alcohol e incluso algunos medicamentos pueden disparar los síntomas.
¿Por qué es más frecuente en ellas?
Como algunas mujeres tienen más síntomas durante la menstruación, se ha sugerido que en ellas ciertas hormonas son las responsables.
¿Por qué el estrés dispara o empeora este mal?
No se ha dicho la última palabra al respecto, pero científicos han demostrado que el cerebro y el sistema nervioso del tracto digestivo (sistema nervioso entérico) se relacionan de manera recíproca.
Por esa razón las emociones o el estrés pueden producir aumento o disminución de los movimientos intestinales. De igual modo se cree que las bacterias del colon pueden producir cambios en el comportamiento psicológico del individuo y que ciertos cambios del ánimo pueden causar alteraciones en el microambiente del colon.
¿Es grave este síndrome?
Es una enfermedad benigna. Eso quiere decir que no causa daños permanentes en los intestinos y tampoco cáncer, enfermedad inflamatoria del colon, hemorroides, sangrado intestinal, pérdida de peso, anemia, divertículos o cualquier otra complicación.
No hay un examen específico para el diagnóstico de este síndrome; a este llega un especialista entrenado analizando con cuidado cada caso, sus síntomas y evolución. Es la forma de evitar tratamientos errados que, incluso, llevan a cirugía a los afectados.
¿Cuál es el tratamiento indicado?
El tratamiento depende del tipo de intestino irritable que tenga la persona; por eso no hay un único remedio para las cuatro formas del síndrome. Aun así, para todos se aconseja identificar los alimentos que desencadenan las crisis y aprender a controlar el estrés, las frustraciones y la ansiedad.
No toda persona con gases o distensión tiene este mal ni a todos los afectados hay que prohibirles la leche u otros alimentos: depende de cada caso y, por tanto, no existe una dieta estándar para el síndrome.
En algunas personas es necesario utilizar antibióticos especiales para modificar la composición de la flora normal del colon. Medidas locales, como el calor húmedo sobre el abdomen, pueden aliviar el dolor, al igual que la psicoterapia y la disminución de los factores tensionantes.